Ecología desde su edificación
Comenzando desde el diseño arquitectónico hasta la operación cotidiana de la edificación, es necesario tener una conciencia de responsabilidad ecológica que nos permita generar edificios verdes con el fin de reducir el impacto negativo que estos producen en el medio ambiente.
Las siguientes cifras demuestran la importancia de este tema para quienes piensan en un futuro ambiental mejor: el 80 por ciento del impacto ambiental de los productos se determina durante su fase de diseño, el entorno construido consume 40 por ciento de la energía generada en el mundo, cada día 5 billones de galones de agua potable son usados para vaciar los sanitarios, los edificios comerciales generan aproximadamente 0,71kg de desperdicio sólido por persona.
Si tenemos la posibilidad de construir un espacio comercial desde la ubicación del terreno, pasando por la cimentación, estructura y demás etapas, hasta su finalización; se deben tener en cuenta factores que se integran con el diseño arquitectónico como son la orientación del terreno e implantación de la edificación.
En el primer aspecto se puede aprovechar el recorrido del sol para crear espacios con iluminación natural; mientras que la contemplación y manejo adecuado de la humedad, el viento, la calidad del aire y la temperatura del sitio hacen posible generar espacios libres de sistemas mecánicos que buscan emular los espacios naturales (Sistemas de aire acondicionado, calefacción, deshumidificadores, etc.), evitando así un mayor consumo de energía, de agua y, por consiguiente, de dinero.
Materiales bioamigables
Después de aprovechar al máximo las condiciones del terreno en beneficio de la edificación, se debe pensar en un diseño arquitectónico que incorpore materiales de bioconstrucción -aquellos que no poseen compuestos tóxicos ni contaminantes-, son agradables a la vida, evitan la acumulación de partículas de polvo y la proliferación de microorganismos, no emiten vapores ni gases perjudiciales y no generan cargas electrostáticas en la superficie.
Al usarlos, se busca la protección y conservación del entorno ya que contribuyen a la sostenibilidad y equilibrio natural del planeta, consumen el mínimo de energía en su producción, transporte, utilización y destrucción final. Son materiales que tienen un origen próximo al sitio de construcción y, por lo tanto, reducen el impacto ambiental, son materiales reutilizados que mantienen sus condiciones para la nueva edificación.
En el momento de la construcción y siguiendo con los lineamientos establecidos en la etapa del diseño arquitectónico, se elaboran espacios con materiales como la piedra, el bloque y ladrillo de tierra cocida, los bloques de tierra estabilizada, la tierra prensada y el adobe, maderas nativas y renovadas, el yeso, la arcilla, fibras naturales (Cáñamo, lino, corcho o algodón), pinturas de cal, barnices con base de linaza, polietilenos, polibutilenos, cerámicas, hierros fundidos y acero galvanizado, entre otros.
Manejo de escombros y residuos
Es importante desarrollar en el momento de la construcción un plan de manejo de los residuos que se producen. En la primera etapa de la construcción los residuos producto de la excavación como tierra, arena, grava, roca y otros materiales no contaminados pueden reutilizarse en zonas verdes, de cultivo o para material de relleno.
Durante la etapa de construcción los residuos de materiales inertes como el hormigón, ladrillos y bloques pueden ser almacenados sin causar daño al medio ambiente y pueden ser reutilizados en otras construcciones.
Por otra parte, en la etapa de acabados, los residuos de construcción peligrosa como pinturas, aditivos o solventes deben tener un manejo especial a través de filtros en obra que eviten el contacto directo con el medio ambiente, el residuo final debe enviarse en transporte apropiado a botaderos autorizados por la entidades distritales. La mejor forma de contribuir con el medio ambiente en la etapa de construcción es ser lo suficientemente estricto en el manejo de materiales con el fin de evitar grandes desperdicios y optimizar el uso de los mismos.
Para desarrollar acciones en una edificación que está en operación en torno a la bioconstrucción y la autosostenibilidad, existen diferentes actividades que se pueden implementar para reducir el consumo y mejorar las condiciones ambientales tales como el buen manejo energético, la eficiencia en la utilización del agua y el correcto aprovechamiento de materiales y recursos. Empezando por el manejo energético y atmosférico es importante saber si la demanda energética de su inmueble está bien distribuida, operada y consumida. Verifique eficiencia y buen desempeño de la energía que diariamente llega al edificio y que se distribuye en cada uno de los equipos que se utilizan. En el caso del manejo del agua, se debe verificar la efectividad y buen desempeño que se le da al agua potable tanto en el consumo interno como en el externo. Se deben definir los procesos diarios de su edificación y determinar las cantidades de agua potable o no potable que se deben utilizar.
En cuanto a los materiales y recursos, se debe tener minucioso cuidado en las adquisiciones para su obra, de tal forma que cumplan con las características de autosostenibilidad mencionadas anteriormente y, en cuanto al manejo de residuos sólidos, se deben identificar y clasificar por tipos, cantidades y calidades para reciclarlos y/o reutilizarlos, ampliando su tiempo de vida útil. Así mismo, darles un manejo adecuado con el fin de cerrar el ciclo de vida de este tipo de productos.
Construcciones sostenibles en funcionamiento
Para tener características de edificaciones sostenibles se pueden implementar actividades que promuevan el mejoramiento del medio ambiente como lo son: reconocer el entorno y no afectarlo, reducir el costo de mantenimiento, contribuir con la regeneración y restauración de la vegetación y el área en la que están ubicados, y el aprovechamiento de aguas lluvias. Un espacio existente en su interior puede tener cualidades propias de un espacio autosostenible siempre y cuando cumpla con condiciones ambientales favorables como buena calidad del aire, confort térmico, de iluminación y de acústica.
Pero para tener un espacio autosostenible y ecoeficiente no es suficiente con haber implementado actividades durante la etapa de diseño y construcción, pues la edificación debe funcionar correctamente día a día para que su negocio prospere. Por esta razón es necesario también contar con un buen plan de mantenimiento para su edificación en donde no solo se controlen y verifiquen aquellos factores relacionados con la construcción sino también todos aquellos factores que participan en el buen funcionamiento de su negocio. Por esto es importante que se asesore de una empresa de arquitectura que esté especializada en el tema, que tengan la consciencia ecológica y ambiental que implica su profesión y, de esta forma, podrá conservar cada uno de lo recursos que utiliza, economizar en costos y beneficiar a su entorno directo e indirecto.